sábado, 27 de junio de 2009

Mono


Evolucionó, ese era su destino.
Degradose su razón.
Murió su inspiración.
¡El resto fue destrucción!
Avanzó en su haber dominante, el hombre y dejose invadir por la codicia, y su corazón fue desapareciendo en las brumas de su odio.
El hombre no pudo vivir en el ambiente que el mismo ayudo a destruir y cargo su ira, acumulada en su evolucionada utopía de cerebro contra sí mismo y sus hermanos.
El hombre diose cuenta del curso que había tomado su acción, evolucionó para degradar..., ese era su destino.

Entonces, el hombre, al darse cuenta, decidió volver a ser mono.

14-sep-98

3 comentarios:

  1. Saludos, Enrique!
    És ésta la historia de Enrique o de Landir? O es la misma historia?. Deduzco que lo segundo. La seguiré con interés.

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  2. ¡Genial! Creo que la evolución en cierta medida mordió su propia cola y terminó convirtiéndose en involución... ¿no te parece? Pues de esos procesos de cambio en pro de la transformación de las cosas, creo que hubo un punto en que perdió el hombre el control de las cosas, y su desarrollo se fue, y continúa, en picada...

    Saludos, Enrique. =)

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